El Papa, nos centramos?

10 08 2011

Que viene, que viene el Papa!

Vaya, lo de siempre: gente que está a favor, gente que está en contra y gente que lo único que pide, es que no cueste lo que cuesta la broma.

Pero se nos olvida el asunto de base: este buen hombre viene en visita pastoral. O sea, a evangelizar a ovejas descarriadas y a cuidar de que las que tiene dentro del rebaño no se le marchen a la competencia –“reevangelización preventiva”, en jerga jurídico-canónica-.

Y eso está muy bien, es muy respetable y en absoluto criticable.

Lo que pasa es que, resumiendo, podemos afirmar que eso es una visita privada, un viaje de trabajo. Como un briefing con el ganado. Nos parece perfecto que la paguen las ovejas que quieren ir a ver a su pastor. También que la paguen empresas que patrocinan al citado pastor; porque cada uno hace con su dinero lo que le parece.

Si viniera en visita de estado, habría que callarse, pero como no es el caso, protestamos. Que nos va a dar igual, pero protestamos.

Lo jodido es cuando empezamos a hablar de coste público, que lo hay, digan lo que digan. Y no es demagogia: hay un coste en seguridad y servicios públicos, que irá íntegramente a cargo del arcón público… y  por ahí ya cuesta más trabajo entrar.

Tampoco trataremos en detalle la cuestión ideológica: tal y como está el mundo en este momento concreto, resulta discutible -como poco- que la Iglesia se monte un sarao de +50 millones de euros, ahí, perfectamente sentados en su trono de valores, caridad, generosidad, austeridad y demás “dades” que se os ocurran.

Eso, por no hablar del apoyo de las instituciones oficiales –gobierno de cualquier ámbito-: un país oficialmente laico, que actúa como un país católico, poniendo alfombra roja al responsable de una misión pastoral. Habría que ver la reacción de esas mismas autoridades, si quien viene en visita pastoral es el máximo mandatario budista, islámico o de la Iglesia de la Cienciología, mismamente.

Vendrán después las ovejas y los defensores de tan magno evento a contarnos que la inversión va a ser parda, y que lo pagan ellos, y que tienen derecho, y que esto es una cruzada contra el Papa, y que bla, bla, bla y bla. Por supuesto que la inversión será parda… pero ni revertirá en el bien público, ni cubrirá el gasto público que se va a producir. Evento privado, inversión privada, beneficios privados. Eso es justo.

Y claro que tienen derecho; a realizarlo privadamente, con sus propios medios y sin dar la matraca. Sigue sin ser demagogia ni anticlericalismo; el argumento es igual de aplicable a celebraciones de éxitos deportivos, celebraciones del orgullo gay y en general, a cualquier concentración pública masiva, que repercuta sobre el sufrido ciudadano ajeno a la misma.

Así que en resumen castizo: queréis Papa? Vale, pues que venga, pero os lo pagáis vosotros y no molestéis a los que no queremos.

Hale, hasta luego.